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Reinas del Renacimiento

Actualizado: 19 feb

Colección Spring Summer 2024


A continuación, te presentamos nuestra nueva colección inspirada en el Renacimiento y sus mujeres más influyentes. Esta colección captura la belleza, la elegancia y la fuerza de las mujeres que dejaron su huella en la historia durante este período transformador. Esta colección es un homenaje a las mujeres que desafiaron las convenciones de su época y jugaron un papel crucial en la evolución artística, cultural y política del Renacimiento. Cada pieza de esta colección refleja la valentía, la inteligencia y la pasión de estas mujeres excepcionales, valores que al día de hoy siguen vigentes.


Los zapatos y accesorios de la colección Reinas del Renacimiento están influenciados por los colores vibrantes, las texturas lujosas y los detalles exquisitos de aquella época. Se utilizaron cueros tornasolados, apliques de strass y brillos para evocar la opulencia de la época. Los cortes elegantes y las siluetas favorecedoras resaltan la feminidad y la fuerza de las mujeres retratadas. Cada par y accesorio de la colección lleva el nombre de una mujer influyente del Renacimiento, desde artistas y escritoras hasta mecenas y líderes políticas. Esto rinde homenaje a su legado duradero y su impacto en la historia. Descubre más a continuación!


Margherita


Margarita de Baviera-Straubing, una figura cautivadora y poderosa que dejó su huella en la historia, con su enigmática belleza y su elegancia innata, nos transporta a una era de opulencia y sofisticación. Su amor por el arte, la cultura y la moda la convirtió en un ícono. Nació en el año 1363 en Dijon, fue la quinta hija de Alberto, duque de Baviera-Straubing y Margarita de Brieg. Fue regente de los Países Bajos borgoñones durante la ausencia de su esposo, en 1404-1419 y la regente en la Borgoña francesa durante la ausencia de su hijo en 1419-1423.​ Se la conoce sobre todo por su exitosa defensa de la Borgoña francesa contra Juan IV, conde de Armagnac en 1419.

Sandalias Margherita, con taco octogonal de 3 cm y aplique de strass en tonos rosados removible.





Carlotta


Carlotta de Chipre, nacida en 1444, no era solo una reina, ¡sino una auténtica rebelde renacentista! Su pasión por la cultura y las artes la convirtieron en una mecenas y protectora de talentos, transformando su corte en un centro de creatividad y esplendor.


Nacida el 28 de junio de 1444​ en Nicosia, muerta el 16 de julio de 1487 en Roma, reina de Chipre (1458-1460), fue la hija de Juan II de Chipre y Helena Paleóloga. Fue depuesta por su hermanastro, Jacobo, que obtuvo el apoyo de los mamelucos de Egipcio. No tuvo hijos que la sobrevivieran, y la sucesión pasó a los Saboya.


Creció en la tradición bizantina y hablaba griego fluido, que aprendió de su madre. Podía escribir en francés, italiano y posiblemente latín, pero a lo largo de su vida habló principalmente griego.​ Debido a su actitud abierta, el papa Pío II la llamó el «torrente griego».


Se convirtió en princesa de Antioquía en 1456, el mismo año en que se casó en primeras nupcias el 21 de diciembre con Juan de Coímbra, duque de Coímbra, sobrino del rey de Portugal, hijo de Pedro de Portugal y de Isabel de Urgel, pero Juan fue envenenado y murió el 21 de junio de 1457 en Nicosia (se rumorea que alentado por la reina Helena). El 28 de julio de 1458 murió su padre. A la edad de catorce años, Carlota se convirtió en reina de Chipre, y fue coronada en la catedral de Santa Sofía el 7 de octubre de 1458.


Murió en Roma el 16 de julio de 1487, poco después de su cuadragésimo tercer cumpleaños. Fue enterrada en el Vaticano, por voluntad del papa Inocencio VIII, que pagó su funeral,​ en la capilla de San Andrés y San Gregorio de la basílica de San Pedro.


Flats Carlotta, con taco ovalado de 2,5 cm y aplique de strass en lazo posterior.




Stella Anna


Ana de Bretaña nació el 25 de enero de 1477 en Nantes,​ en el ducado de Bretaña, como hija y única heredera del duque Francisco II de Bretaña y de la infanta navarra Margarita de Foix.​ Tenía solo 11 años en el momento en que murió su padre, pero ya era una heredera codiciada debido a la posición estratégica de Bretaña. Fue duquesa titular de Bretaña, y por dos veces reina consorte de Francia. Tiene la distinción de haber sido la única mujer en ser reina consorte de Francia dos veces. Durante las guerras italianas, Ana también se convirtió en reina consorte de Nápoles y duquesa consorte de Milán (1499-1500).


Es probable que recibiese la educación de una joven noble de su tiempo. Aprendió a leer y escribir en francés, tal vez un poco de latín. Ana era una mujer muy inteligente, que pasó gran parte de su tiempo en la administración de Bretaña. Fue descrita como astuta, orgullosa y altiva en sus modales. Hizo la salvaguardia de la autonomía de Bretaña, y la preservación del ducado fuera de la corona francesa, obra de su vida, a pesar de que el objetivo sería consolidarlo, falló poco después de su muerte.

Ana también fue una mecenas de las artes y disfrutaba de la música. Una creadora prolífica de tapices, es muy probable que los tapices unicornio ahora en el Museo Cloisters de Nueva York fueran encargados por ella con motivo de la celebración de su boda con Luis XII. También encargó un libro de manuscritos franceses (un libro de horas), conocido como Grandes horas de Ana de Bretaña.

Una de las piernas de Ana era más corta que la otra, por lo que cojeaba. Para solucionar el problema llevaba un tacón más alto en una pierna. Ana tenía una caja de piedras preciosas, al azar solía elegir una y la ofrecía a sus visitantes. Era una madre devota, pasaba el tiempo tanto como le era posible con sus hijos. A su hijo, Carlos Orlando, le encargó un libro de oraciones, destinado a ser utilizado para enseñarle a orar, y como guía para el futuro rey de Francia; por desgracia, Carlos Orlando murió en 1495, y su otro hijo no vivió más de un par de semanas.

En su matrimonio con Carlos VIII, a los 14 años, Ana fue descrita como una chica joven y de mejillas sonrosadas; en el momento de su matrimonio con Luis, a los 22 años, después de siete embarazos sin hijos sobrevivientes, fue descrita como de cara pálida. Al final de su vida, a los 36, había estado embarazada 14 veces, con siete de sus niños muertos. De los siete restantes, solo dos sobrevivieron a la infancia.



Flats Stella Anna, con taco en forma de estrella de 3 cm exclusivo de Elisabetta y aplique de strass en lazos delanteros.





Beatrice


Beatrice Regina della Scala, nacida en 1331, no solo reinó en la corte, ¡sino que también reinventó la noción de poder y gracia en la Edad Media! Su belleza y encanto capturaron los corazones de muchos, pero fue su inteligencia y pasión lo que la convirtieron en una líder inspiradora.


Beatrice Regina nació en Verona en 1331, el vástago más joven y única hija de Mastino II della Scala y Taddea da Carrara. Tuvo tres hermanos mayores, y cinco medio hermanos ilegítimos. Su padre, que era miembro de la familia Scaliger del norte de Italia era Señor de Verona, Vicenza, Brescia, Parma, y Lucca.


El 27 de septiembre de 1350 en Verona, Beatrice Regina se casó con Bernabé Visconti, hijo de Stefano Visconti y Valentina Doria. Tenía diecinueve años y él veintisiete. El matrimonio forjó una alianza política poderosa entre Milán y Verona. Su esposo asumió el poder como Señor de Milán en 1354, y a partir de entonces Beatrice Regina recibió el tratamiento de Señora de Milán. Se ha afirmado que Bernabé era un déspota cruel y despiadado, y enemigo implacable de la Iglesia. Cuando Bernabé era presa de uno de sus frecuentes ataques de ira, solo Beatrice Regina era capaz de acercársele. Según se dice tenía una voluntad férrea, y su influencia sobre Bernabé - y, por tanto, sobre la política milanesa - fue reconocida: Catalina de Siena la utilizaba como intermediaria cada vez que tenía una petición política para Bernabé.​


Beatrice Regina murió el 18 de junio de 1384 a los cincuenta y tres años. Fue enterrada en Milán. Beatrice Regina della Scala, al ser una madre muy prolífica (tuvo 17 hijos), generó, en descendencia materno lineal, varias generaciones de nobles y de soberanos notables.


Esta reina extraordinaria no solo gobernó con sabiduría, sino que también fue una gran defensora de las artes y la cultura. Su amor por la poesía y la música floreció en su corte, creando un ambiente de creatividad y esplendor que aún reverbera en la historia. Dio su nombre a la iglesia de Santa Maria alla Scala en Milán, y por extensión, a la ópera de Milán, el Teatro alla Scala que fue construida en el mismo lugar cuatrocientos años más tarde.


Stilettos Beatrice, con taco fino de 7 cm en exclusivo cuero italiano y doble lazo de reina. Sobre Beatrice con cadena desmontable en baño de oro y ribetes dorados.





Cristina


(Estocolmo, 8 de diciembre de 1626-Roma, 19 de abril de 1689) fue reina de Suecia (1632-1654), duquesa de Bremen y princesa de Verden (1648-1654). Hija de Gustavo II Adolfo y de María Leonor de Brandeburgo. Protectora de las artes y mecenas, abdicó del trono de Suecia en 1654. Protestante de nacimiento, se convirtió al catolicismo el año de su abdicación. Murió en Roma a los 62 años.


En 1604 el Consejo del Reino había acordado aceptar a una mujer como sucesora en el trono, si se daba el caso, por lo que Gustavo II Adolfo decidió confirmar a Cristina en 1627 como su heredera con todos los derechos a la corona, si no nacían otros hijos varones. Suecia se involucró en 1630 en la Guerra de los Treinta Años por el lado protestante, y en junio del mismo año el rey marchó a la guerra que se desarrollaba en el continente europeo, dejando a su hija bajo la tutela del canciller Oxenstierna, para que se encargara de la pequeña en caso de morir en la guerra. El 6 de noviembre de 1632 cayó el rey en la batalla de Lützen, y antes de cumplir los seis años, Cristina se convirtió en reina de Suecia, bajo la regencia del canciller Oxenstierna.


Cristina aprendió idiomas, filosofía, historia, teología y astronomía, entre otras materias. Mattiae documentó la gran facilidad de aprendizaje y la enorme sed de conocimientos que mostraba la joven reina. Los idiomas eran la materia preferida de la soberana y a través de su vida continuó con su aprendizaje. Cristina era de contextura gruesa y baja estatura. Poseía un temperamento fuerte, inquieto y vivaz, así como una gran energía física. Se destacó entre las mujeres y varones de su época por su gran inteligencia y curiosidad, que la llevó a aprender diversas artes y a intercambiar correspondencia con el filósofo Descartes. No le interesaban los lujos, joyas o ropajes. Prefería vestir ropas simples y cómodas, y especialmente vestir pantalones, siendo una de las primeras en vestir abiertamente indumentaria tradicional masculina.


El 17 de octubre de 1650 se realizó la coronación de Cristina en la Catedral de San Nicolás (Estocolmo). La soberana de Suecia había comenzado poco antes a desarrollar la vida cultural de su reino, la cual había quedado dañada por las luchas religiosas, incluyendo la destrucción de obras consideradas católicas. Adoptó el lema “La sabiduría es el pilar del reino” (Columna regni sapientia).


En algún momento Suecia fue el centro del humanismo en Europa, y Cristina recibió el nombre de Minerva del Norte. La reina también apoyó el desarrollo del ballet y del teatro. Cristina trajo a Estocolmo compañías francesas, neerlandesas, alemanas e italianas, que presentaban sus ballets y pantomimas, además de óperas y piezas en sus propios idiomas. Entre los italianos destacó el escenógrafo Antonio Brunati, que construyó en el castillo real un escenario con escenografías movibles, llamada la Grande Salle des Machines, algo muy moderno para la época.

Su entusiasmo por el teatro lo manifestó la reina participando en una obra, en 1651, haciendo el papel de una camarera. De carácter librepensador, Cristina tampoco dudó en oponerse a las persecuciones religiosas, y así lo hizo, publicando en 1686 un manifiesto donde defendía a los judíos de Roma. También criticó duramente a Luis XIV por las persecuciones a los hugonotes en 1685 y entró en conflicto con el papa Inocencio XI por la intención de este de eliminar la inmunidad diplomática y el derecho a asilo en Roma, en 1685.


Siendo la Filosofía y la Teología los temas que más le interesaban, mantuvo durante su vida una abundante correspondencia con destacados personajes en ambos temas, escribiendo siempre en francés, así como lo fueron todos sus escritos. Esta correspondencia se encuentra hoy mayormente en los Codices Reginenses de la Biblioteca Vaticana y también repartida por Europa.


Flats Cristina, con taco con forma trébol exclusivo de Elisabetta en 3 cm, lazos dorados y aplique de strass. Acompañan correas cinturón con aplique de strass importado.




Barbara


Bárbara Radziwiłł nació en 1520 en Vilna, en el Gran Ducado de Lituania (parte de la actual Lituania y Polonia). Provenía de la poderosa familia noble Radziwiłł, que tenía una gran influencia en la región. Bárbara se casó con Segismundo II Augusto, el último rey de la dinastía Jagellón, en 1547. Este matrimonio fue significativo, ya que la convirtió en reina consorte de Polonia y Gran Duquesa de Lituania. La unión de Bárbara con Segismundo II Augusto fortaleció los lazos entre Lituania y Polonia en un momento en que la región enfrentaba desafíos políticos y militares. Su presencia también ayudó a mejorar las relaciones entre Lituania y otros poderes europeos.


Bárbara Radziwiłł estaba interesada en la cultura y las artes, y se la considera una mecenas del Renacimiento en Lituania y Polonia. Fomentó la educación y el desarrollo de la cultura en su corte. Murió repentinamente en 1551, a la edad de 31 años. Su muerte dejó muchas preguntas sin respuesta, y se ha especulado mucho sobre las circunstancias de su fallecimiento. Ha sido una fuente de inspiración para artistas y escritores a lo largo de los años. Su historia ha sido retratada en pinturas, literatura y otras formas de arte.


Sandalias Barbara, con taco pirámide en 3 cm, lleva dos tonos metalizados, celeste y plateado.




Luisa


Luisa de Saboya, en francés Louise de Savoie, Pont-d'Ain, Francia, 11 de septiembre de 1476 - Grez-sur-Loing, Francia, 22 de septiembre de 1531), regente de Francia y madre de Francisco I de Francia.

Era la hija mayor de Felipe II de Saboya (llamado sin Tierra) (1438-1497) y de su primera esposa, Margarita de Borbón, (1438-1483). Sucedió a su padre como princesa de la casa ducal de Saboya. Se casó en 1490, a la edad de 15 años, con Carlos de Valois (1459-1496), conde de Angulema, con el que tuvo dos hijos.

Luisa tenía un agudo conocimiento de las complejidades políticas y diplomáticas, además de un gran interés por los avances en artes y ciencias del Renacimiento italiano, ayudada por su confesor Cristoforo Numai de Forlì (Italia). Se dedicó plenamente a la educación de sus hijos, asegurándose de que recibieran una esmerada educación en las tendencias renacentistas. Tras enviudar a los 19 años, les aseguró hábilmente un futuro prometedor trasladándose con ellos a la corte de Luis XII, primo de su marido. Francisco se convirtió en el favorito del rey, quien, el 8 de mayo de 1514, le concedió en matrimonio a su hija, Claudia de Francia. Gracias a este enlace, Francisco se convertiría en heredero al trono de Francia.


Por dos veces tuvo que ejercer como regente de Francia durante las campañas de su hijo en 1515 y, nuevamente, en 1525-1526, jugando un importante papel tras la captura del rey en la batalla de Pavía. Organizó la continuidad del Estado y la contraofensiva contra Carlos V.

Más tarde tuvo ocasión de negociar, en nombre de su hijo, con Margarita de Austria, tía de Carlos V y gobernadora de los Países Bajos, la Paz de Cambrai, llamada «la paz de las Damas», suscrita el 5 de agosto de 1529, que no fue más que una tregua en el enfrentamiento (1521-1546) entre Francisco I, dirigente de la dinastía Valois, y Carlos V, jefe de la Casa de Austria.

Stilettos Luisa, con taco fino en 5 cm, en fucsia metalizado y lazos coronados con aplique de strass importado.





Isabella


Isabella d’Este, nacida el 18 de mayo de 1474 en Ferrara, Italia, fue una figura icónica del Renacimiento italiano y una de las mujeres más influyentes de su tiempo. Su vida y legado son una fuente de inspiración para la creatividad, la pasión y la determinación. Isabella se destacó como una de las mecenas más importantes del Renacimiento. Su corte en Mantua se convirtió en un centro cultural y artístico, atrayendo a artistas y eruditos de renombre, como Leonardo da Vinci, Rafael y Tiziano. Su apoyo a las artes ayudó a dar forma y enriquecer la cultura de la época. Isabella fue una apasionada coleccionista de arte y antigüedades. Su colección abarcaba desde esculturas y pinturas hasta manuscritos y objetos preciosos. Su amor por las bellas artes la llevó a crear una de las colecciones más notables de su tiempo, dejando un legado cultural duradero.


Isabella también fue conocida por su elegante estilo personal y su influencia en la moda renacentista. Introdujo tendencias de moda y joyería que influyeron en la estética de la época y se convirtió en un ícono de estilo. A pesar de las limitaciones impuestas por su género, Isabella demostró habilidades de liderazgo y diplomacia. Fue una negociadora astuta y desempeñó un papel activo en las alianzas políticas y diplomáticas de su familia.


Isabella era una mujer instruida y apasionada por el aprendizaje. Patrocinó la educación de sus hijos y promovió el estudio de la literatura y la filosofía clásica. Su interés en el humanismo contribuyó a la difusión de las ideas renacentistas. A lo largo de su vida, Isabella desafió las convenciones de género de su época al ejercer un poder y una influencia considerables. Su determinación y logros inspiran a las mujeres a buscar su pasión y seguir sus ambiciones sin importar las limitaciones sociales.


Isabella d'Este, también conocida como "La Primera Dama del Renacimiento", fue una destacada mecenas de las artes y la cultura. Su corte en Mantua se convirtió en un centro cultural y artístico de renombre, atrayendo a algunos de los artistas y eruditos más influyentes de la época.


Isabella mantenía una extensa correspondencia con artistas como Leonardo da Vinci y Rafael. Sus cartas revelan su profundo interés en el arte, la moda, la política y la cultura. Estas cartas se han convertido en valiosos testimonios históricos.


Isabella d'Este fue una de las primeras personas en crear una galería de arte privada. Su "Stanza delle Imprese" estaba decorada con pinturas, esculturas y objetos de arte que reflejaban sus intereses y valores.


Isabella era conocida por su elegancia y estilo personal distintivo. Introdujo nuevas tendencias de moda, desde sombreros hasta vestidos, que se convirtieron en referencias para las mujeres de la alta sociedad. Isabella era una mujer educada y políglota. Hablaba varios idiomas, incluyendo italiano, francés y latín, lo que le permitía participar en conversaciones intelectuales y diplomáticas.

Aunque no tenía un papel formal en la política, Isabella d'Este demostró habilidades políticas notables. Utilizó su influencia y conexiones para promover los intereses de su familia y participó en negociaciones diplomáticas.

Su matrimonio con Francesco II Gonzaga, Marqués de Mantua, fue un ejemplo de una unión estratégica en la política renacentista. A pesar de los desafíos, Isabella desempeñó un papel importante en la consolidación y expansión del poder de su familia.


Isabella d'Este desarrolló la noción de "virtù", que se refería a un conjunto de cualidades que un individuo debía poseer, incluyendo valentía, sabiduría y excelencia en diversas áreas. Esta idea influenció la cultura del Renacimiento y la visión de la "persona ideal".


Pumps Isabella, con taco cuadrado en 5 cm, en celeste metalizado y flor de piedras y strass importado.






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